🔕 Vol. 16 —La mochila de una nómada digital
Estás leyendo Volumen. Una colección de seis cosas inconexas que me han emocionado esta semana. Si es la primera vez que estás recibiendo esta newsletter, ¡gracias ser parte de esta historia!
✍️ Lo confieso, volver a una oficina es algo que me aterra. Hace un par de días, escuché a alguien muy cercano preguntarme ¿No te agobia trabajar en remoto? Yo no podría. Pensé un rato la respuesta —un rato muy corto—. No, contesté, rotunda y directa. Siento que hace siglos que empecé esta manera de vivir y, después de casi diez años, lejos de ser una imposición, es una forma de vida. Y sí, si tengo que hacerlo, lo haré, volveré, pero hoy en día, mi mochila es todo lo que necesito para desarrollar mi trabajo, ya sea desde mi no–despacho de casa (te hablaré de esto en otro volumen), la mesa de tu cocina mientras me cuentas tu última aventura o un bar de playa, delante del ruido del mar. Por eso hoy, me apetecía contarte qué cosas me acompañan en esta aventura digital.
¡Adelante, Vol.16! Que ya es domingo, calla el mundo y el tiempo grita.
Apaga la prisa. Sube el 🔕Volumen.
✨Esta aventura está creciendo poco a poco. Si te apetece compartirlo con alguien, puedes hacerlo en este link.
1 🔕—La no-mochila de Sandro
Buscaba una no-mochila con la que no-parecer una adolescente de camino al instituto. Esta mochila cumplió todos los requisitos. Es de la línea de hombre, algo que cada vez entiendo menos, pero esto es otra conversación mucho más larga.
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2 🔕— Una Moleskine, pero personalizada
Te diría que soy digital y analógica a partes iguales. Y como buena analógica, necesito apuntar todo en una libreta, porque si no, no consigo organizar las ideas. Mi libreta del día a día parece un diario de médico y si te la encuentras, difícilmente podrás descifrar tres palabras, pero es mi caos organizado en papel, un espacio que no entiende de wifis ni límites de gigas.
Descubrí la personalización de Moleskine el año pasado y sí, es antiguo y cero necesario, pero añado mis iniciales a la versión de tapa blanda en color rojo, como un ritual, y no utilizo ninguna otra libreta que no sea esa.
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3 🔕— Priorizar por colores de neón
Tengo mi propio sistema de colores y significados —otro de los motivos por los que no entenderás nada en mi libreta-caos—. Y así, consigo organizar aquello que es urgente de verdad, de lo que no es prioritario o de aquello que simplemente me apetece hacer primero. Elegí estos lápices de colores neón de la marca Printworks con caja metálica.
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4 🔕— Un soporte todoterreno
Este soporte está inspirado en el arte origami y se adapta a cualquier espacio en el que tengas que trabajar con el portátil, para que no te dejes allí la espalda. El Moft Z 5-in-1 Laptop Stand se pliega, no pesa nada y ocupa lo mismo que una carpeta. Ojalá hubiera descubierto esto hace siglos.
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5 🔕— Drip, Drip, Drip
Una de esas fundas que da pena no llevar fuera de la mochila. Además, impermeable 💧.
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6 🔕— La mascarilla sostenible
Aunque la mascarilla ya no sea un accesorio diario, buscaba una que pudiera llevar siempre en la mochila “por si acaso”. Este modelo de ECOALF me encanta porque tiene unas tiras regulables que la hacen algo más cómoda —si es que eso se puede—, es de tela 100% reciclada y 100% reciclable e incluye una bolsa para guardarla.
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Que tengas una gran semana,
m. 🥠
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