🔕 Vol. 11 —6 Hoteles sin prisa
Estás leyendo Volumen. Una colección de seis cosas inconexas que me han emocionado esta semana. Si es la primera vez que estás recibiendo esta newsletter, ¡gracias ser parte de esta historia!
✍️ Dice el diccionario de la RAE en una de sus acepciones que viajar es “Ida a cualquier parte”. Quizá en su significado más básico, lo sea. Pero tú y yo sabemos que viajar, es mucho más que eso, —sin importar los kilómetros que se recorran—.
Esta semana, una buena amiga me preguntaba cuál sería el lugar al que volvería si solo pudiera elegir uno. Obviamente, la pregunta era demasiado complicada, pero el café se convirtió en una lista, —sin elegir—, de aquellos a los que volvería sin pensarlo ni un segundo. Se me ocurrió que podría además convertirse en una colección para este volumen, de aquellos hoteles en los que el tiempo se paró en algún momento y la prisa se quedó esperando.
¡Adelante, Vol.11! Que ya es domingo, calla el mundo y el tiempo grita. Ahí van una colección de seis hoteles únicos que me emocionaron. (En la lista solo caben seis, pero si te gusta esta idea, déjame un comentario y podemos repetir este viaje de vez en cuando 🗺 ).
Apaga la prisa. Sube el 🔕Volumen.
Nota: Los hoteles no están ordenados por preferencia.
*Foto de Hideout, en Bali.
✨Esta aventura está creciendo poco a poco y ya somos más de 100 personas en este rincón. Si te apetece compartirlo con alguien, puedes hacerlo en este link.
1 🔕— LANZAROTE | Alava Suites
Aquí el tiempo se para. María, la dueña de este hotel cuida con mimo cada uno de los detalles. Nada está ahí por casualidad. Su marca, la preciosa guía de Lanzarote que han creado (y sus fotografías 💛), su tienda con productos locales, su línea de moda. Las habitaciones son pura calma y sus desayunos a la carta deberían ser eternos. Querrás ver Lanzarote, pero te costará salir de aquí porque Alava Suites es un hotel para quedarse.
2 🔕— BALI | Hideout
Una experiencia en medio de la selva de Bali. Eso es exactamente lo que se vive en Hideout. Es el cuarto alojamiento más solicitado de la plataforma Airbnb y por eso encontrar disponibilidad puede ser misión imposible si te gusta improvisar. No apto para quienes buscan comodidades, esto es exactamente lo que ves, una preciosa cabaña de bambú en medio de la nada, junto a uno de los ríos de la región de Selat. Y aunque estando allí solo quieres fotografiarlo todo, un recomendación, olvidar los gigas, tumbarse en la hamaca de la entrada y escuchar la jungla.
3 🔕— MENORCA | Cristine Bedfor
Absténganse minimalistas, porque en Cristine Bedfor, esta guest house de Mahón no queda espacio para un detalle más. Los tejidos, las alfombras, los muebles, sus libros, cada objeto está colocado en el sitio por un motivo. Dormir allí es como pasar el verano en casa de unos amigos y hasta el olor recuerda a desayunos tardíos y noches largas sin preocupaciones. Una de los mejores rincones, su librería y el jardín de la piscina.
Yo elegí la habitación de la buhardilla, —que no tiene llave, por aquello de no perder el encanto—. Y una curiosidad: Cristine en realidad no existe, es un personaje creado por sus propietarios, Cristina Lozano y Daniel Entrecanales.
4 🔕— CHILE. DESIERTO DE ATACAMA | Lodge Quelana
No hay mejor sensación que estar a 11.000 km y sentirse como en casa. Cuando llegamos a San Pedro de Atacama, en Chile, vivimos el invierno Altiplánico más fuerte de los últimos 50 años. ¿Y qué significa eso? Pues básicamente, que diluvia en el desierto más árido del planeta. El pueblo está construido con barro y el alcantarillado no existe, así que ya puedes imaginarte la combinación. Casas destrozadas, calles convertidas en auténticos ríos y un pueblo entero sin luz y sin agua.
No puedo más que agradecer a Claudia y Gabriel, los dueños de este precioso hotel Lodge Quelana, que tuvieron que rescatarnos y literalmente, atravesar un río en coche hasta ponernos a salvo. Cuando el temporal amaina, sus cabañas y los cielos que puedes ver desde este lugar recóndito, te recuerdan fuerte que viajar es mucho más que ir de un lado a otro.
5 🔕— TARRAGONA | Terra Dominicata
Cuentan que en el siglo XII, los monjes cartujanos fundaron su monasterio a los pies de la Sierra del Montsant. Ocho siglos después, su granja, se ha convertido en un espacio lleno de calma entre montañas. El hotel Terra Dominicata cuenta con su propio huerto y hasta una bodega, donde además se puede conocer cómo se elaboran los famosos vinos del Priorat. La carta de su restaurante, en el que puedes cenar de noche entre sus olivos, incluye solo ingredientes de la comarca, con algún trampantojo de postre como el que te enseño aquí bajo. Lo más bonito, sus atardeceres de verano.
6 🔕— JOSHUA TREE | 1964 Airstream
Una caravana vintage de 1964 en medio del desierto californiano de Joshua Tree, donde uno parece transportarse a otra era, esto es este Airbnb. Una experiencia única.
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Que tengas una gran semana,
m. 🥠
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